
Flashback
- Candy…¿puedo hablar contigo?.
- ¿Tu? ¿Quieres hablar conmigo? – pregunto la chica sorprendida y bastante esceptica mientras disponía rápidamente la mesa para el desayuno, tenía que estar en Harrots a las 11 - ¿y sobre qué?
- Sobre Terry.
- Sobre… Sobre Terry – dijo la joven aun mas confundida, frunciendo su ceño algo extrañada – no confíes en él – soltó de repente – no lo hagas Candy, solo aléjate de él – pidió tomando la mano de la chica quien posaba su mirada en la chica y luego en su mano sujeta por la de ella – jajajajajajajaja – reía la chica divertida – no es gracioso Candice, solo eres un vino nuevo que desea agregar a su colección, no caigas en su juego, confía en mí – agrego con fingida preocupación y desespero, Candice solo recupero su mano bruscamente – Numero uno… no me importa Terry, ni un poquito, no es mi estilo, es un hombre materialista, egocéntrico y creído – dijo con cierto malestar en su pecho – y dos… ¿yo? ¿Confiar en ti? Por favor – bufo sarcástica – ya puede desayunar Señorita – dijo comenzando a alejarse dejando a Susana más que satisfecha con su reacción – ahhh, y no te preocupes por mí, que hombres como Terry… solo salen con mujeres como tu – concluyo sonriendo fingidamente, verdaderamente afectada por el comentario de Susana.
- ¿Tu? ¿Quieres hablar conmigo? – pregunto la chica sorprendida y bastante esceptica mientras disponía rápidamente la mesa para el desayuno, tenía que estar en Harrots a las 11 - ¿y sobre qué?
- Sobre Terry.
- Sobre… Sobre Terry – dijo la joven aun mas confundida, frunciendo su ceño algo extrañada – no confíes en él – soltó de repente – no lo hagas Candy, solo aléjate de él – pidió tomando la mano de la chica quien posaba su mirada en la chica y luego en su mano sujeta por la de ella – jajajajajajajaja – reía la chica divertida – no es gracioso Candice, solo eres un vino nuevo que desea agregar a su colección, no caigas en su juego, confía en mí – agrego con fingida preocupación y desespero, Candice solo recupero su mano bruscamente – Numero uno… no me importa Terry, ni un poquito, no es mi estilo, es un hombre materialista, egocéntrico y creído – dijo con cierto malestar en su pecho – y dos… ¿yo? ¿Confiar en ti? Por favor – bufo sarcástica – ya puede desayunar Señorita – dijo comenzando a alejarse dejando a Susana más que satisfecha con su reacción – ahhh, y no te preocupes por mí, que hombres como Terry… solo salen con mujeres como tu – concluyo sonriendo fingidamente, verdaderamente afectada por el comentario de Susana.
Fin del Flashback.
- ¿Qué demonios se propone la gusana con todo este teatrito? – se pregunto pensativa mientras caminaba hasta las tiendas Harrots, pero lo que más le preocupaba era lo que se proponía Terry, si Susana decía la verdad, algo que verdaderamente dudaba, Terry solo quería llevársela a la cama – entonces… nada de lo que dijo o diga es cierto – murmuro con notable tristeza en su mirada – todo… era mentira – susurro perdida en los recuerdos de las sonrisas y bromas compartidas – disculpe – se excuso cuando sin querer había chocado con una persona, Terry dio media vuelta, ¿se estaría volviendo loco? Ahora escuchaba y veía a Cinderella en todos lados, pero para su sorpresa, no estaba soñando, era ella, la siguió con la mirada estático, mientras la chica tomaba el ascensor cabizbaja algo apesumbrada – espere… ESPEREN – grito corriendo hasta donde se encontraban los elevadores, sin embargo, la puerta se cerró justo en su rostro, golpeo la puerta del elevador enojado mientras observaba el piso donde podría detenerse, necesitaba hablarle, saber la razón de esa cara larga, cuando ayer sonreía por su regalo, observo una vez mas y vio que el elevador se detenía en el piso numero 7, comenzando su camino a la carrera en dirección a Candice.
- Disculpe…la oficina de…
- Hada – dijo Albert antes de que finalizara su pregunta, el chico había estado esperando su llegada para que no descubriera su mentira blanca, ya pronto se lo diría pero no aun, no quería que Candice pensara que lo hacía por otra cosa, con otros motivo – ¡Príncipe! – exclamo la rubia aun con rostro decaído - ¿estás bien? – demando bajando su rostro hasta la altura de la joven quien al verlo tan cerca hundió su mirada en el suelo nerviosa – umm, solo estoy algo cansada – respondió inquieta – ven…vamos, mi jefe quiere conocerte – agrego tomándola de la mano y sorprendiéndola, la joven se quedo estática debido a lo confuso que resultaba todo esto, ¿Por qué no sentia las mariposas en su estomago? ¿Qué demonios sucedia con ella ahora?, Albert la observo desconcertado, sin embargo, la joven levanto su mirada y le sonrió, regresándole su gesto de confianza, el joven la guio hasta su oficina tomado de su mano.
Terry llego al piso 7 ahogado, su respiración era agitada, sin embargo, en su mente solo estaba la joven rubia - ¿Dónde… Donde estas? – pregunto dificultosamente mirando en todas las direcciones en busca de Candy - ¿la habré confundido? – se pregunto ahora más confundido – si… a lo mejor… la confundí – se dijo – Sir… Are you Ok? – demando uno de los oficiales de seguridad alarmado – Yes, Mike, don’t worry, thank you – le dijo mientras regresaba cansado hasta su oficina algo confundido.
- Candice, este es mi jefe, Albert Grachester – dijo señalando al hombre alto de cabello negro, algo mayor que él – mucho gusto – acordó la joven acercándose al hombre nerviosa y extendiendo su mano – el placer es mío jovencita – acoto George sonriendo dulcemente, calmando los nervios de la chica quien le regreso la sonrisa como respuesta – siéntense por favor – pidió a ambos quienes solo obedecieron – Candy, creo que ya Albert pudo haberte revelado la sorpresa de que has sido seleccionada para recibir una beca de estudio – dijo, la chica solo asintió – tus diseños son muy buenos, por eso me gustaría que luego de terminar tus estudios en la Universidad, te unieras a nuestro staff de diseñadores… ¿Qué dices? – pregunto, Candice abría y cerraba su boca, todo parecía un sueño – pellízcame – le pidió al chico por la bajo quien la observo sin comprender – pellízcame – murmuro entre dientes, el joven solo siguió la orden y le dio un suave pellizco, Candice sonrió satisfecha todo era real - ¿entonces?
- Sí, claro que si – contesto emocionada - Bien, ahora a nuestro segundo punto – dijo el hombre colocándose de pie – Albert me ha contado tu situación y mi consejo como abogado es que vendas la empresa.
- Pero… vender Graphics significaría vender una parte de mi padre, de mi misma – afirmo la joven desesperada – si… te entiendo Candice pero, quedarte con ella significaría ir a la cárcel – continuo George con su argumento – recuerda que el préstamo está hecho a tu nombre y eres tú la que debe pagar.
- No puedo creer que tenga que pagar un dinero que ni siquiera toque – bufo enojada colocando sus ojos en blanco y enlazando sus bazos a la altura de su pecho – ojala pudiéramos comprobar eso, llevarlo a juicio, aunque eso solo significaría más gasto a la larga – agrego, Candice solo suspiro cansada – vende Candice y utiliza el dinero de la venta para pagar toda la deuda y alejarte de la cárcel – aconsejo sintiendo simpatía por la joven – si no hay más remedio – murmuro triste – sin embargo te aconsejo y coloques de condición para vender que el dinero sea utilizado para cancelar la deuda – le aconsejo George a Candice quien hecho su cabeza hacia atrás, no había una salida factible para ella, siempre perdía algo – oye… no decaigas, recuerda que cuando una puerta se cierra otra se abre – le susurro Albert tomando su mano reconfortándola un poco, Candice asintió con una débil sonrisa – bien… ahora si me disculpan debo realizar algunas llamadas – dijo tomando asiento y siguiendo lo ordenado por Albert, Candice no debía permanecer mucho tiempo en el lugar si quería ser él mismo el que le dijera quien era en realidad – si, claro Albert – acepto el rubio colocándose de pie seguido por la joven rubia – gracias – agradeció en un susurro – un placer – respondio – y recuerda lo que te propuse – concluyo antes de que los chicos salieran de su oficina - ¿ya te vas? – pregunto Albert recostado a la puerta y quien no había soltado su mano, la chica no contesto seguía pensativa – te invito a almorzar y así te quito esa tristeza.
- No, no te preocupes, yo estoy bien, además, debes de tener ciento de cosas por hacer – dijo perdiéndose en esa azul mirada tan clara, tan pura, esos ojos que la hacían sentir en paz, Albert solo sonrió y se acerco a ella para besar su mejilla, Candice solo bajo su rostro apbastante apenada, sintienfo como su sangre subia a sus mejillas enrojecidas – ¿nos vemos mañana?
- Uju – asintió liberando su mano suavemente – nos vemos Príncipe – concluyo para comenzar su camino de salida.
Pero cuando el destino lo desea, la vida de una simple sirvienta puede dar un giro de 360 grados, Casualmente Terry salía de su oficina cuando sus ojos se toparon con la imagen de Candice quien caminaba perdida de nuevo en sus cavilaciones – pero… que…
- Terry – lo llamo Albert, sin embargo, hizo caso omiso y siguió a la chica con la mirada hasta que subió el ascensor, en ese momento el verde y el azul se encontraron de nuevo, el corazón de la joven rubia parecía quería explotar dentro de su pecho, sus latidos se aceleraron al máximo, por su parte Terry permanecía perdido en esas hermosas pupilas, esa dulce mirada, ese brillo que lo dejaba sin palabras – Terry – lo llamo de nuevo Albert acercándose a él y justo en ese momento la puerta del elevador se cerro, rompiendo tan mágico momento y conexión – Terry… ¿Estás bien? – pregunto Albert quien miraba el ascensor y luego a su hermano quien permanecía estático, pensativo – Terry…
- Lo siento hermano, debo irme – se disculpo comenzando su camino a la planta baja del lugar a través de las escaleras – Cálmate Candice – se dijo la joven colocando su mano sobre su agitado pecho – solo respira – se aconsejo cerrando sus ojos, sin embargo, la mirada verdiazul de Terry apareció en su mente, deshaciendo cualquier intento de estabilidad – solo respira idiota – se ordeno algo enojada consigo misma, ¿Por qué se sentía de esta manera cada vez que sus ojos se encontraban con los del Ricachón?
Terry descendía las escaleras lo más rápido que sus piernas se lo permitían, tenía la rara necesidad de hablar con ella, de estar cerca de ella, de escucharla, sentirla - ¿Dónde estás? – pregunto cuando no podía localizarla entre tanta gente, sin embargo, cuando es el corazón el que desea y piensa, puedes encontrar una aguja en un pajar, si con ella logras estar junto a la persona que amas, allí justo, saliendo de la tienda noto la rubia cabellera de la chica quien se disponía a salir – CANDY, CANDY – grito el nombre de la rubia mientras se abría paso para llegar hasta ella quien solo miro alrededor sin encontrar a la persona que la llamaba - que raro – exclamo encogiéndose de hombros y retomando su camino bastante extrañada – CANDY – de nuevo su nombre la chica se detuvo en seco - ahora sí que te estás volviendo loca, mira que escuchar la voz del ricachón.
- ¿Es que acaso no me escuchas? – pregunto el chico justo detrás de ella, Candice abrió sus ojos como plato, dio media vuelta y allí frente a ella estaba el castaño – no de nuevo – murmuro cuando los latidos de su corazón aumentaron de velocidad - ¿Qué cosa? – demando Terry quien había escuchado lo dicho y bajaba su rostro para encontrarse de frente con la mirada de la chica – nada, nada Ricachón – respondió huyendo de esos ojos que tan nerviosa la ponían – ¿Ricachón?
- Debo irme – se apresuro la joven – Cinderella espera, ¿Por qué huyes de mi? – pregunto deteniéndose frente a ella con ambos brazos en alto – ja – la joven sonrió irónica y coloco sus ojos en blanco, confundiendo al joven quien pensaba que su relación con la joven había avanzado y ahora podrían llamarse amigos - ¿Ja? – demando el chico algo inconforme con la actitud tomada por la chica – debo irme.
- Cinderella espera – la llamo una vez más con voz rogona – camina, camina, no puedes dejarlo ganar, solo camina – se apresuraba la chica – Candy – de nuevo su voz, Señor ¿por qué se sentía de esa manera cada vez que escuchaba su voz?, sus piernas flaqueaban y deseaban detenerse siguiendo las ordenes de su corazón – vamos Cinderella, no entiendo lo que pasa contigo, se suponía que ya habías aceptado mi amistad, se suponía que ya éramos amigos y ahora…
– ¿Amigos? ¿Tu sincera amistad? Si claro – bufo sarcástica interrumpiéndolo, mirándolo de arriba abajo con decepción, confundiéndolo aun más, la joven se había convertido en un enigma para él, a veces alegre y graciosa, otras triste y sombría, pero la peor era la amargada y orgullosa – ¿Dónde está la verdadera Candice? – pregunto provocando que la joven detuviera su paso y lo observara sorprendida – ¿Por qué la escondes y la alejas de mi otra vez? – demando acortando la distancia entre ambos, Candice permanecía en silencio estudiando al chico delante ella quien la atravesaba con esa mirada tan profunda y leía cada uno de sus pensamientos, todo lo que decía era cierto, esta Candice frente a él era un espejismo, un clon duro y fuerte, clon que escondía y refugiaba a la verdadera Candice de personas como él, personas sin corazón y sin conciencia, personas a las que simplemente no les importaba dañar a otras con sus acciones – debo irme – susurro huyendo nerviosa – si… debo irme – repitió a su cuerpo quien parecía no responder, confundida, aturdida por su corazón, dio media vuelta y camino hasta donde ya se encontraba su medio de transporte, Terry observo como la chica se alejaba, sintiendo un enorme vacío en su pecho ¿Qué demonios sucedía con él? -WAIT… PLEASE… WAIT– grito mientras corría en dirección al autobús – WAIT… PLEASE - pidió desesperado golpeando la parte trasera del autobús para detenerlo – Thank you – agradeció cuando abordaba soprendiendo a la joven quien trato de esconderse tras el asiento delante de ella mientras Terry la buscaba con su mirada y la encontraba y comenzaba su camino hacia ella – Sir, you need to pay - le dijo el conductor amablemente deteniendo el paso del chico quien solo sonrió algo apenado – sorry – se disculpo entregándole su tarjeta de crédito dorada – eh, sorry Sir, but you must pay in cash – agrego el hombre canoso, Candice solo sonrió divertida, la cara de Terry era todo un poema – but I don’t have cash – susurro apenado bajo la mirada de los presentes quienes comenzaban a exasperarse – I’m very sorry Sir because if that’s the case I must ask you to get off of the bus, -
- Idiota – murmuro la rubia incrédula de lo snob que podía ser el joven – hey man, just pay, I have a meeting in ten minutes – le dijo uno de los pasajeros, el chico se encontraba nervioso y para su sorpresa la chica se coloco de pie y pago su pasaje – Sorry – se disculpo con el conductor quien solo sonrió y arranco el autobús – no puedo creer lo idiota que eres, nada mas a ti se te ocurre pagar el pasaje del bus con una tarjeta de crédito – murmuro bajo la mirada dura de los pasajeros y tratando de ocultar lo divertido que era toda esta situación, no podía mostrar debilidad delante de un jugador nato, delante de una persona que solo quería llevarla a la cama – perdón y ¿Qué quieres que haga? No estoy acostumbrado a este medio de transporte, además, los lugares que visito son tan exclusivos que solo aceptan tarjeta de crédito.
- ¡OH PERDONENOS SU MAJESTAD POR SER TAN SIMPLES Y POCO EXCLUSIVOS! – exclamo la chica irónica y ahora si enojada por el comentario tan vacio del chico, tomo asiento y trato de ignorar al joven quien solo siguió su acción – deberías de sentarte en otro lugar, no sea que se te pegue lo pobre – bufo ácidamente, el chico solo sonrió divertido por el comentario de la chica, incrédulo de lo sincera, acida e hiriente que podía llegar a ser – no creo que se pegue, porque sino desde que te conozco se me hubiese pegado lo pobre e igualado – respondió con el mismo tono de la chica quien solo sonrió fingido – parece que gane esta vez – agrego cuando la chica se había quedado callada – tal vez si te comportaras como alguien normal y bajaras de esa nube de lujos, superioridad y observaras mas allá de tus narices, notarias que TODOS, somos iguales – opino recostando su cabeza sobre el espaldar de su asiento, lucia bastante decaída y cansada, cerro sus ojos al mismo tiempo que suspiraba y se relajaba, sentía frustración y desengaño, por un lado ya no quedaba nada del buen nombre de su padre, Ursulla había deshecho el trabajo de toda una vida en solo tres años, Graphics era solo un agujero lleno de deudas y problemas, le preocupaba su futuro, su bienestar económico, a pesar de que el dinero no era su prioridad, pero ciertamente una preocupación y por otro lado, se sentía confundida en cuanto a cierto tema - lo sé, y de verdad siento comportarme a veces como un patán creído, sin embargo, estoy segurísimo de que no somos iguales.
- ¿Qué Quieres decir? – demando con sus ojos cerrados, esperando una tontería o una banalidad – no todos sentimos, reaccionamos, actuamos y pensamos de la misma manera, por ejemplo, tu y Susana son polos opuestos, ella es refinada, sofisticada, sabe lo que quiere y no le importa lo que tenga que hacer para conseguirlo, convirtiéndola muchas veces en alguien calculadora o en una bruja – agrego, Candice coloco los ojos en blanco notablemente molesta – y tu… tu… eres dulce, amable, inteligente, humilde, gruñona y trabajadora, lo opuesto a ella… pero… muy indecisa, aun no sabes lo que quieres y es en eso… en lo que te aventaja Susana – afirmo, Candice recobro su postura y lo observo fijamente con incredulidad, era soprendente la manera como Terry la había descrito, tal cual como era ella realmente pero también le sorprendía el hecho de que por primera vez, dijera algo inteligente (que cruel ^^) – y esa indecisión, ese temor, te lleva a esconderte detrás de esa coraza de piedra, fría y solitaria.
- No es indecisión lo que me obliga a protegerme, son las personas como tú, ricas, creídas, con complejo de superioridad y prepotencia, esas personas como Susana y Ursulla, a quienes, como tú dices, no les importa hacer lo que sea, escúchame bien LO QUE SEA, para conseguir lo que quieren, son precisamente ese tipo de persona, las que me obligan a comportarme de la manera en que lo hago, y si por importarme los sentimientos y los resultados que mis acciones puedan producir en las persona a mi alrededor, personas a las que amo, me convierto en una indecisa, amargada, escondida debajo de un caparazón pues… NO... ME... IMPORTA – respondió ella con seguridad y fuerza, esos elementos que tanto le gustaban de ella, Terry sonrió como respuesta, pero no fue una sonrisa burlona, sino más bien una de comprensión, cosa que la sorprendió – no quiero ser una de esas personas – musito fijando su mirada en el techo del autobús, provocando que la joven fijara su mirada en él una vez más – no quiero que te escondas en mi presencia, quiero que seas la verdadera Candice, la Candice que sonríe sin temor y pelea por lo que piensa y cree – continuo mientras la joven observaba embelesada a este chico frente a ella, era un Terry más maduro, humilde y sencillo – enséñame… enséñame a ser otro tipo de persona, enséñame a ser el tipo de persona a quien amas y proteges con uñas y dientes, ese tipo de persona a quien demuestras como eres de verdad, enséñame a ser como aquel por quien esperas – rogo tomando la mano de Candy repentinamente y quien sintió una cálida descarga electrica recorrer todo su cuerpo hasta llegar a su corazón, el cual deseaba salir de su pecho, mientras su tálamo producía tantas emociones distintas en ella - ¿ A dónde quieres llegar con todo esto? – demando después de varios segundos cuando había recuperado su conciencia de la situación y había recordado lo dicho por Susana – ¿A qué juegas? – pregunto liberando su mano bruscamente, de nuevo buscaba protección bajo su caparazón cuando sus alarmas se habían encendido.
- Llegar a ti, es allí a donde quiero llegar – respondió sorprendiendo a la rubia con su respuesta, pero especialmente por la sinceridad en su mirada - ¿a mí?
- Por alguna razón… la cual aun desconozco, necesito de ti, de tu compañía, de tu sonrisa, de tu mirada, necesito a Candice a mi lado – confeso para su sorpresa y la de la joven quien abrió sus ojos enormemente, Dios ¿Qué era esto que sentía? ¿Por qué se emocionaba con las palabras dichas? ¿Por qué su corazón brincaba de alegría? ¿Por qué deseaba gritar de felicidad? – “no es gracioso Candice, solo eres un vino nuevo que desea agregar a su colección, no caigas en su juego” – las palabras de Susana hicieron eco en su cien provocando que recobrara su aplomo y algo de cordura – no juegues conmigo Terry Granchester.
- Nunca, nunca jugaría contigo Cinderella, eso puedo jurártelo – refuto la idea de la joven – déjame demostrarte que puedo cambiar, que puedo ser un Terry totalmente distinto al que conoces – rogo con desesperación en su verdiazul mirada, Candice lo observo detenidamente una vez más, el historial del chico, su CV, definitivamente no era el mejor, era un jugador nato con las mujeres, siempre lleno de lujos, egocentrista y egoísta, sin embargo, el hombre frente a ella, era totalmente distinto al hombre que describía Susana, o al hombre que ella creía era Terry, no había nada que perder, porque solo era una amistad lo que ofrecía el chico, solo amistad, no había sentimientos raros hacia él y su corazón no estaría implicado, serian solo amigos… ¿Cierto?
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- Disculpe…la oficina de…
- Hada – dijo Albert antes de que finalizara su pregunta, el chico había estado esperando su llegada para que no descubriera su mentira blanca, ya pronto se lo diría pero no aun, no quería que Candice pensara que lo hacía por otra cosa, con otros motivo – ¡Príncipe! – exclamo la rubia aun con rostro decaído - ¿estás bien? – demando bajando su rostro hasta la altura de la joven quien al verlo tan cerca hundió su mirada en el suelo nerviosa – umm, solo estoy algo cansada – respondió inquieta – ven…vamos, mi jefe quiere conocerte – agrego tomándola de la mano y sorprendiéndola, la joven se quedo estática debido a lo confuso que resultaba todo esto, ¿Por qué no sentia las mariposas en su estomago? ¿Qué demonios sucedia con ella ahora?, Albert la observo desconcertado, sin embargo, la joven levanto su mirada y le sonrió, regresándole su gesto de confianza, el joven la guio hasta su oficina tomado de su mano.
Terry llego al piso 7 ahogado, su respiración era agitada, sin embargo, en su mente solo estaba la joven rubia - ¿Dónde… Donde estas? – pregunto dificultosamente mirando en todas las direcciones en busca de Candy - ¿la habré confundido? – se pregunto ahora más confundido – si… a lo mejor… la confundí – se dijo – Sir… Are you Ok? – demando uno de los oficiales de seguridad alarmado – Yes, Mike, don’t worry, thank you – le dijo mientras regresaba cansado hasta su oficina algo confundido.
- Candice, este es mi jefe, Albert Grachester – dijo señalando al hombre alto de cabello negro, algo mayor que él – mucho gusto – acordó la joven acercándose al hombre nerviosa y extendiendo su mano – el placer es mío jovencita – acoto George sonriendo dulcemente, calmando los nervios de la chica quien le regreso la sonrisa como respuesta – siéntense por favor – pidió a ambos quienes solo obedecieron – Candy, creo que ya Albert pudo haberte revelado la sorpresa de que has sido seleccionada para recibir una beca de estudio – dijo, la chica solo asintió – tus diseños son muy buenos, por eso me gustaría que luego de terminar tus estudios en la Universidad, te unieras a nuestro staff de diseñadores… ¿Qué dices? – pregunto, Candice abría y cerraba su boca, todo parecía un sueño – pellízcame – le pidió al chico por la bajo quien la observo sin comprender – pellízcame – murmuro entre dientes, el joven solo siguió la orden y le dio un suave pellizco, Candice sonrió satisfecha todo era real - ¿entonces?
- Sí, claro que si – contesto emocionada - Bien, ahora a nuestro segundo punto – dijo el hombre colocándose de pie – Albert me ha contado tu situación y mi consejo como abogado es que vendas la empresa.
- Pero… vender Graphics significaría vender una parte de mi padre, de mi misma – afirmo la joven desesperada – si… te entiendo Candice pero, quedarte con ella significaría ir a la cárcel – continuo George con su argumento – recuerda que el préstamo está hecho a tu nombre y eres tú la que debe pagar.
- No puedo creer que tenga que pagar un dinero que ni siquiera toque – bufo enojada colocando sus ojos en blanco y enlazando sus bazos a la altura de su pecho – ojala pudiéramos comprobar eso, llevarlo a juicio, aunque eso solo significaría más gasto a la larga – agrego, Candice solo suspiro cansada – vende Candice y utiliza el dinero de la venta para pagar toda la deuda y alejarte de la cárcel – aconsejo sintiendo simpatía por la joven – si no hay más remedio – murmuro triste – sin embargo te aconsejo y coloques de condición para vender que el dinero sea utilizado para cancelar la deuda – le aconsejo George a Candice quien hecho su cabeza hacia atrás, no había una salida factible para ella, siempre perdía algo – oye… no decaigas, recuerda que cuando una puerta se cierra otra se abre – le susurro Albert tomando su mano reconfortándola un poco, Candice asintió con una débil sonrisa – bien… ahora si me disculpan debo realizar algunas llamadas – dijo tomando asiento y siguiendo lo ordenado por Albert, Candice no debía permanecer mucho tiempo en el lugar si quería ser él mismo el que le dijera quien era en realidad – si, claro Albert – acepto el rubio colocándose de pie seguido por la joven rubia – gracias – agradeció en un susurro – un placer – respondio – y recuerda lo que te propuse – concluyo antes de que los chicos salieran de su oficina - ¿ya te vas? – pregunto Albert recostado a la puerta y quien no había soltado su mano, la chica no contesto seguía pensativa – te invito a almorzar y así te quito esa tristeza.
- No, no te preocupes, yo estoy bien, además, debes de tener ciento de cosas por hacer – dijo perdiéndose en esa azul mirada tan clara, tan pura, esos ojos que la hacían sentir en paz, Albert solo sonrió y se acerco a ella para besar su mejilla, Candice solo bajo su rostro apbastante apenada, sintienfo como su sangre subia a sus mejillas enrojecidas – ¿nos vemos mañana?
- Uju – asintió liberando su mano suavemente – nos vemos Príncipe – concluyo para comenzar su camino de salida.
Pero cuando el destino lo desea, la vida de una simple sirvienta puede dar un giro de 360 grados, Casualmente Terry salía de su oficina cuando sus ojos se toparon con la imagen de Candice quien caminaba perdida de nuevo en sus cavilaciones – pero… que…
- Terry – lo llamo Albert, sin embargo, hizo caso omiso y siguió a la chica con la mirada hasta que subió el ascensor, en ese momento el verde y el azul se encontraron de nuevo, el corazón de la joven rubia parecía quería explotar dentro de su pecho, sus latidos se aceleraron al máximo, por su parte Terry permanecía perdido en esas hermosas pupilas, esa dulce mirada, ese brillo que lo dejaba sin palabras – Terry – lo llamo de nuevo Albert acercándose a él y justo en ese momento la puerta del elevador se cerro, rompiendo tan mágico momento y conexión – Terry… ¿Estás bien? – pregunto Albert quien miraba el ascensor y luego a su hermano quien permanecía estático, pensativo – Terry…
- Lo siento hermano, debo irme – se disculpo comenzando su camino a la planta baja del lugar a través de las escaleras – Cálmate Candice – se dijo la joven colocando su mano sobre su agitado pecho – solo respira – se aconsejo cerrando sus ojos, sin embargo, la mirada verdiazul de Terry apareció en su mente, deshaciendo cualquier intento de estabilidad – solo respira idiota – se ordeno algo enojada consigo misma, ¿Por qué se sentía de esta manera cada vez que sus ojos se encontraban con los del Ricachón?
Terry descendía las escaleras lo más rápido que sus piernas se lo permitían, tenía la rara necesidad de hablar con ella, de estar cerca de ella, de escucharla, sentirla - ¿Dónde estás? – pregunto cuando no podía localizarla entre tanta gente, sin embargo, cuando es el corazón el que desea y piensa, puedes encontrar una aguja en un pajar, si con ella logras estar junto a la persona que amas, allí justo, saliendo de la tienda noto la rubia cabellera de la chica quien se disponía a salir – CANDY, CANDY – grito el nombre de la rubia mientras se abría paso para llegar hasta ella quien solo miro alrededor sin encontrar a la persona que la llamaba - que raro – exclamo encogiéndose de hombros y retomando su camino bastante extrañada – CANDY – de nuevo su nombre la chica se detuvo en seco - ahora sí que te estás volviendo loca, mira que escuchar la voz del ricachón.
- ¿Es que acaso no me escuchas? – pregunto el chico justo detrás de ella, Candice abrió sus ojos como plato, dio media vuelta y allí frente a ella estaba el castaño – no de nuevo – murmuro cuando los latidos de su corazón aumentaron de velocidad - ¿Qué cosa? – demando Terry quien había escuchado lo dicho y bajaba su rostro para encontrarse de frente con la mirada de la chica – nada, nada Ricachón – respondió huyendo de esos ojos que tan nerviosa la ponían – ¿Ricachón?
- Debo irme – se apresuro la joven – Cinderella espera, ¿Por qué huyes de mi? – pregunto deteniéndose frente a ella con ambos brazos en alto – ja – la joven sonrió irónica y coloco sus ojos en blanco, confundiendo al joven quien pensaba que su relación con la joven había avanzado y ahora podrían llamarse amigos - ¿Ja? – demando el chico algo inconforme con la actitud tomada por la chica – debo irme.
- Cinderella espera – la llamo una vez más con voz rogona – camina, camina, no puedes dejarlo ganar, solo camina – se apresuraba la chica – Candy – de nuevo su voz, Señor ¿por qué se sentía de esa manera cada vez que escuchaba su voz?, sus piernas flaqueaban y deseaban detenerse siguiendo las ordenes de su corazón – vamos Cinderella, no entiendo lo que pasa contigo, se suponía que ya habías aceptado mi amistad, se suponía que ya éramos amigos y ahora…
– ¿Amigos? ¿Tu sincera amistad? Si claro – bufo sarcástica interrumpiéndolo, mirándolo de arriba abajo con decepción, confundiéndolo aun más, la joven se había convertido en un enigma para él, a veces alegre y graciosa, otras triste y sombría, pero la peor era la amargada y orgullosa – ¿Dónde está la verdadera Candice? – pregunto provocando que la joven detuviera su paso y lo observara sorprendida – ¿Por qué la escondes y la alejas de mi otra vez? – demando acortando la distancia entre ambos, Candice permanecía en silencio estudiando al chico delante ella quien la atravesaba con esa mirada tan profunda y leía cada uno de sus pensamientos, todo lo que decía era cierto, esta Candice frente a él era un espejismo, un clon duro y fuerte, clon que escondía y refugiaba a la verdadera Candice de personas como él, personas sin corazón y sin conciencia, personas a las que simplemente no les importaba dañar a otras con sus acciones – debo irme – susurro huyendo nerviosa – si… debo irme – repitió a su cuerpo quien parecía no responder, confundida, aturdida por su corazón, dio media vuelta y camino hasta donde ya se encontraba su medio de transporte, Terry observo como la chica se alejaba, sintiendo un enorme vacío en su pecho ¿Qué demonios sucedía con él? -WAIT… PLEASE… WAIT– grito mientras corría en dirección al autobús – WAIT… PLEASE - pidió desesperado golpeando la parte trasera del autobús para detenerlo – Thank you – agradeció cuando abordaba soprendiendo a la joven quien trato de esconderse tras el asiento delante de ella mientras Terry la buscaba con su mirada y la encontraba y comenzaba su camino hacia ella – Sir, you need to pay - le dijo el conductor amablemente deteniendo el paso del chico quien solo sonrió algo apenado – sorry – se disculpo entregándole su tarjeta de crédito dorada – eh, sorry Sir, but you must pay in cash – agrego el hombre canoso, Candice solo sonrió divertida, la cara de Terry era todo un poema – but I don’t have cash – susurro apenado bajo la mirada de los presentes quienes comenzaban a exasperarse – I’m very sorry Sir because if that’s the case I must ask you to get off of the bus, -
- Idiota – murmuro la rubia incrédula de lo snob que podía ser el joven – hey man, just pay, I have a meeting in ten minutes – le dijo uno de los pasajeros, el chico se encontraba nervioso y para su sorpresa la chica se coloco de pie y pago su pasaje – Sorry – se disculpo con el conductor quien solo sonrió y arranco el autobús – no puedo creer lo idiota que eres, nada mas a ti se te ocurre pagar el pasaje del bus con una tarjeta de crédito – murmuro bajo la mirada dura de los pasajeros y tratando de ocultar lo divertido que era toda esta situación, no podía mostrar debilidad delante de un jugador nato, delante de una persona que solo quería llevarla a la cama – perdón y ¿Qué quieres que haga? No estoy acostumbrado a este medio de transporte, además, los lugares que visito son tan exclusivos que solo aceptan tarjeta de crédito.
- ¡OH PERDONENOS SU MAJESTAD POR SER TAN SIMPLES Y POCO EXCLUSIVOS! – exclamo la chica irónica y ahora si enojada por el comentario tan vacio del chico, tomo asiento y trato de ignorar al joven quien solo siguió su acción – deberías de sentarte en otro lugar, no sea que se te pegue lo pobre – bufo ácidamente, el chico solo sonrió divertido por el comentario de la chica, incrédulo de lo sincera, acida e hiriente que podía llegar a ser – no creo que se pegue, porque sino desde que te conozco se me hubiese pegado lo pobre e igualado – respondió con el mismo tono de la chica quien solo sonrió fingido – parece que gane esta vez – agrego cuando la chica se había quedado callada – tal vez si te comportaras como alguien normal y bajaras de esa nube de lujos, superioridad y observaras mas allá de tus narices, notarias que TODOS, somos iguales – opino recostando su cabeza sobre el espaldar de su asiento, lucia bastante decaída y cansada, cerro sus ojos al mismo tiempo que suspiraba y se relajaba, sentía frustración y desengaño, por un lado ya no quedaba nada del buen nombre de su padre, Ursulla había deshecho el trabajo de toda una vida en solo tres años, Graphics era solo un agujero lleno de deudas y problemas, le preocupaba su futuro, su bienestar económico, a pesar de que el dinero no era su prioridad, pero ciertamente una preocupación y por otro lado, se sentía confundida en cuanto a cierto tema - lo sé, y de verdad siento comportarme a veces como un patán creído, sin embargo, estoy segurísimo de que no somos iguales.
- ¿Qué Quieres decir? – demando con sus ojos cerrados, esperando una tontería o una banalidad – no todos sentimos, reaccionamos, actuamos y pensamos de la misma manera, por ejemplo, tu y Susana son polos opuestos, ella es refinada, sofisticada, sabe lo que quiere y no le importa lo que tenga que hacer para conseguirlo, convirtiéndola muchas veces en alguien calculadora o en una bruja – agrego, Candice coloco los ojos en blanco notablemente molesta – y tu… tu… eres dulce, amable, inteligente, humilde, gruñona y trabajadora, lo opuesto a ella… pero… muy indecisa, aun no sabes lo que quieres y es en eso… en lo que te aventaja Susana – afirmo, Candice recobro su postura y lo observo fijamente con incredulidad, era soprendente la manera como Terry la había descrito, tal cual como era ella realmente pero también le sorprendía el hecho de que por primera vez, dijera algo inteligente (que cruel ^^) – y esa indecisión, ese temor, te lleva a esconderte detrás de esa coraza de piedra, fría y solitaria.
- No es indecisión lo que me obliga a protegerme, son las personas como tú, ricas, creídas, con complejo de superioridad y prepotencia, esas personas como Susana y Ursulla, a quienes, como tú dices, no les importa hacer lo que sea, escúchame bien LO QUE SEA, para conseguir lo que quieren, son precisamente ese tipo de persona, las que me obligan a comportarme de la manera en que lo hago, y si por importarme los sentimientos y los resultados que mis acciones puedan producir en las persona a mi alrededor, personas a las que amo, me convierto en una indecisa, amargada, escondida debajo de un caparazón pues… NO... ME... IMPORTA – respondió ella con seguridad y fuerza, esos elementos que tanto le gustaban de ella, Terry sonrió como respuesta, pero no fue una sonrisa burlona, sino más bien una de comprensión, cosa que la sorprendió – no quiero ser una de esas personas – musito fijando su mirada en el techo del autobús, provocando que la joven fijara su mirada en él una vez más – no quiero que te escondas en mi presencia, quiero que seas la verdadera Candice, la Candice que sonríe sin temor y pelea por lo que piensa y cree – continuo mientras la joven observaba embelesada a este chico frente a ella, era un Terry más maduro, humilde y sencillo – enséñame… enséñame a ser otro tipo de persona, enséñame a ser el tipo de persona a quien amas y proteges con uñas y dientes, ese tipo de persona a quien demuestras como eres de verdad, enséñame a ser como aquel por quien esperas – rogo tomando la mano de Candy repentinamente y quien sintió una cálida descarga electrica recorrer todo su cuerpo hasta llegar a su corazón, el cual deseaba salir de su pecho, mientras su tálamo producía tantas emociones distintas en ella - ¿ A dónde quieres llegar con todo esto? – demando después de varios segundos cuando había recuperado su conciencia de la situación y había recordado lo dicho por Susana – ¿A qué juegas? – pregunto liberando su mano bruscamente, de nuevo buscaba protección bajo su caparazón cuando sus alarmas se habían encendido.
- Llegar a ti, es allí a donde quiero llegar – respondió sorprendiendo a la rubia con su respuesta, pero especialmente por la sinceridad en su mirada - ¿a mí?
- Por alguna razón… la cual aun desconozco, necesito de ti, de tu compañía, de tu sonrisa, de tu mirada, necesito a Candice a mi lado – confeso para su sorpresa y la de la joven quien abrió sus ojos enormemente, Dios ¿Qué era esto que sentía? ¿Por qué se emocionaba con las palabras dichas? ¿Por qué su corazón brincaba de alegría? ¿Por qué deseaba gritar de felicidad? – “no es gracioso Candice, solo eres un vino nuevo que desea agregar a su colección, no caigas en su juego” – las palabras de Susana hicieron eco en su cien provocando que recobrara su aplomo y algo de cordura – no juegues conmigo Terry Granchester.
- Nunca, nunca jugaría contigo Cinderella, eso puedo jurártelo – refuto la idea de la joven – déjame demostrarte que puedo cambiar, que puedo ser un Terry totalmente distinto al que conoces – rogo con desesperación en su verdiazul mirada, Candice lo observo detenidamente una vez más, el historial del chico, su CV, definitivamente no era el mejor, era un jugador nato con las mujeres, siempre lleno de lujos, egocentrista y egoísta, sin embargo, el hombre frente a ella, era totalmente distinto al hombre que describía Susana, o al hombre que ella creía era Terry, no había nada que perder, porque solo era una amistad lo que ofrecía el chico, solo amistad, no había sentimientos raros hacia él y su corazón no estaría implicado, serian solo amigos… ¿Cierto?
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- George… necesito que hagas la oferta.
- ¿De verdad piensas comprar Graphics Albert? – pregunto preocupado, los negocios y el amor nunca pueden mezclarse y Albert pisaba camino pantanoso y muy peligroso, lo que pensaba hacer era un arma de doble filo – si George, de verdad quiero ayudarla…
- Pero… ¿Cómo la ayudas comprando una empresa llena de deudas? – demando George confundido – no lo se George, no lo se, ahorita lo que me interesa es que Graphics no sea comprada por otra persona.
- Albert, no es común que actúes de manera tan impulsiva, además, económicamente...
- George lo sé y te entiendo pero trata de entenderme tu a mí, necesito ayudarla, me duele verla triste, Candice entro aquí – esto último lo dijo colocando la mano en su pecho – su llegada fue tan rápida que me tomo por sorpresa, no me esperaba sentirme una vez mas de esta manera, no me lo esperaba y veerdaderamente nunca creí poder llegar a querer a alguien en tan poco tiempo, yo…
- Albert… déjate guiar por la razón y no por el corazón, no te apresures, han pasado solo meses, no puedes enamorarte de alguien así de rápido – refuto la idea de su joven amigo – lo sé George, yo creí lo mismo, hasta que tropecé con ella por primera vez y me perdí en esas pupilas tan verdes y claras como el mar, se que lo que siento por ella no es cariño o amistad, es amor, es ese sentimiento que quema y te ciega – afirmo el joven revelando al fin sus verdaderos sentimientos por la chica – solo espero que todo termine bien y no te ciegues Albert – concluyo George tomando el teléfono para llamar a Leonel quien era el abogado de Ursulla, todo se haría con la mayor brevedad posible y sin revelar el nombre de la persona que adquiría la empresa, Albert deseaba contarle a Candice todo, pero lo haría en su respectivo momento, George solo esperaba que cuando lo hiciera la chica no se enojara y rompiera el corazón de su amigo con su orgullo.
- ¿De verdad piensas comprar Graphics Albert? – pregunto preocupado, los negocios y el amor nunca pueden mezclarse y Albert pisaba camino pantanoso y muy peligroso, lo que pensaba hacer era un arma de doble filo – si George, de verdad quiero ayudarla…
- Pero… ¿Cómo la ayudas comprando una empresa llena de deudas? – demando George confundido – no lo se George, no lo se, ahorita lo que me interesa es que Graphics no sea comprada por otra persona.
- Albert, no es común que actúes de manera tan impulsiva, además, económicamente...
- George lo sé y te entiendo pero trata de entenderme tu a mí, necesito ayudarla, me duele verla triste, Candice entro aquí – esto último lo dijo colocando la mano en su pecho – su llegada fue tan rápida que me tomo por sorpresa, no me esperaba sentirme una vez mas de esta manera, no me lo esperaba y veerdaderamente nunca creí poder llegar a querer a alguien en tan poco tiempo, yo…
- Albert… déjate guiar por la razón y no por el corazón, no te apresures, han pasado solo meses, no puedes enamorarte de alguien así de rápido – refuto la idea de su joven amigo – lo sé George, yo creí lo mismo, hasta que tropecé con ella por primera vez y me perdí en esas pupilas tan verdes y claras como el mar, se que lo que siento por ella no es cariño o amistad, es amor, es ese sentimiento que quema y te ciega – afirmo el joven revelando al fin sus verdaderos sentimientos por la chica – solo espero que todo termine bien y no te ciegues Albert – concluyo George tomando el teléfono para llamar a Leonel quien era el abogado de Ursulla, todo se haría con la mayor brevedad posible y sin revelar el nombre de la persona que adquiría la empresa, Albert deseaba contarle a Candice todo, pero lo haría en su respectivo momento, George solo esperaba que cuando lo hiciera la chica no se enojara y rompiera el corazón de su amigo con su orgullo.
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- ¡WOW! – exclamo Terry cuando bajaba del autobús justo detrás de Candice quien sonreía divertida - ¿Dónde estamos? – demando con cara de susto observando un lugar lleno de gente y mucho ruido – estamos en el mercado, necesito comprar algunas cosas – respondió la chica caminando con despreocupación – ehhh, no… no… ¿y tiene que ser acá? – pregunto con ruego en su mirada – jajajajaja, que poco duro el Terry que quería ser diferente – asevero con sarcasmo – oye, oye, te dije que cambiaria pero no que lo haría de hoy para hoy.
- Tu nunca cambiaras Ricachón – afirmo la joven con seguridad apresurando su paso para comenzar a perderse entre la gente - ¿ah no? Ya verás Cinderella, ya verás lo que soy capaz de hacer – susurro corriendo tras ella y siguiéndola de cerca, la joven le había dado una oportunidad para demostrarle que era diferente a como ella creía él era y estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de que Cinderella lo mirara con otros ojos.
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- Albert… cariño, necesito hablarte sobre el baile anual – dijo Eleanor desde el living, deteniendo el paso apresurado de su hijo - ¿sobre el baile? – demando algo confundido, eran su madre, Karen y Terry los que se encargaban sobre ese tema, él simplemente se encargaba de mantener la empresa a flote, de dirigirla con seguridad y aplomo, de resguardar el patrimonio de la familia Granchester, el aspecto social, banal y frio de esa sociedad tan snob donde vivía, simplemente le parecía una tontería – claro que si cariño, necesito saber si ya tienes tu traje y que recuerdes que es un baile de mascaras esta vez – le recordó a su hijo quien solo la miro con el ceño fruncido algo fastidiado con el tema – cariño… no pongas esa cara, yo sé que no te gustan este tipo de actividades, que te parecen fría y que solo aumentan el ego de la sociedad donde vivimos, pero… recuerda que nos ayuda a hacer nuevas alianza, además, quien quita y conoces este año al amor de tu vida – agrego con picardía en su mirada – pues en eso te has equivocado mamá – refuto Karen la idea de su madre mientras entraba al living - ¿Qué quieres decir? – pregunto confundida observando a Albert quien incomodo con el tema entrecerraba sus azules ojos y luego a Karen quien sonreía – un momento… eso quiere decir que tu ya… ya tienes chica… ¿Sales con alguien Albert y no me habías contado? – pregunto su madre con reproche en su voz y mirada – no mamá… no como…
- Vamos Grandote, cuéntale a mamá, sobre esa pecosa rubia con la que te encuentras cada mañana, cuéntale sobre la chica que ocupa tus pensamientos y corazón las 24 horas del día – lo presiono Karen divertidísima con lo apenado que lucía el rostro de su hermano mayor – Karen…
- ¡Ahhhh, ya entiendo entonces tus salidas al parque! – exclamo la mujer sonriente, comprendiendo todo – no… solo… solo es una amiga – dijo nervioso – ¡si claro! – exclamaron irónicamente tanto madre como hija rompiendo en carcajadas – aishhhhh – bufo algo enojado el chico, no le gustaba ventilar su vida privada – Albert… ¿Por qué no invitas a tu novia al baile? Así podremos conocerla – opino su madre – Mamá, solo somos amigos – insistió cansinamente – no es mi novia… bueno… no aun – concluyo antes de salir sonriente del living apresurado, dejando a su madre y hermana sorprendidas y con ciento de interrogantes sobre esta desconocida que hacia sonreír a Albert como no lo había hecho en mucho tiempo.
- Tu nunca cambiaras Ricachón – afirmo la joven con seguridad apresurando su paso para comenzar a perderse entre la gente - ¿ah no? Ya verás Cinderella, ya verás lo que soy capaz de hacer – susurro corriendo tras ella y siguiéndola de cerca, la joven le había dado una oportunidad para demostrarle que era diferente a como ella creía él era y estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de que Cinderella lo mirara con otros ojos.
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- Albert… cariño, necesito hablarte sobre el baile anual – dijo Eleanor desde el living, deteniendo el paso apresurado de su hijo - ¿sobre el baile? – demando algo confundido, eran su madre, Karen y Terry los que se encargaban sobre ese tema, él simplemente se encargaba de mantener la empresa a flote, de dirigirla con seguridad y aplomo, de resguardar el patrimonio de la familia Granchester, el aspecto social, banal y frio de esa sociedad tan snob donde vivía, simplemente le parecía una tontería – claro que si cariño, necesito saber si ya tienes tu traje y que recuerdes que es un baile de mascaras esta vez – le recordó a su hijo quien solo la miro con el ceño fruncido algo fastidiado con el tema – cariño… no pongas esa cara, yo sé que no te gustan este tipo de actividades, que te parecen fría y que solo aumentan el ego de la sociedad donde vivimos, pero… recuerda que nos ayuda a hacer nuevas alianza, además, quien quita y conoces este año al amor de tu vida – agrego con picardía en su mirada – pues en eso te has equivocado mamá – refuto Karen la idea de su madre mientras entraba al living - ¿Qué quieres decir? – pregunto confundida observando a Albert quien incomodo con el tema entrecerraba sus azules ojos y luego a Karen quien sonreía – un momento… eso quiere decir que tu ya… ya tienes chica… ¿Sales con alguien Albert y no me habías contado? – pregunto su madre con reproche en su voz y mirada – no mamá… no como…
- Vamos Grandote, cuéntale a mamá, sobre esa pecosa rubia con la que te encuentras cada mañana, cuéntale sobre la chica que ocupa tus pensamientos y corazón las 24 horas del día – lo presiono Karen divertidísima con lo apenado que lucía el rostro de su hermano mayor – Karen…
- ¡Ahhhh, ya entiendo entonces tus salidas al parque! – exclamo la mujer sonriente, comprendiendo todo – no… solo… solo es una amiga – dijo nervioso – ¡si claro! – exclamaron irónicamente tanto madre como hija rompiendo en carcajadas – aishhhhh – bufo algo enojado el chico, no le gustaba ventilar su vida privada – Albert… ¿Por qué no invitas a tu novia al baile? Así podremos conocerla – opino su madre – Mamá, solo somos amigos – insistió cansinamente – no es mi novia… bueno… no aun – concluyo antes de salir sonriente del living apresurado, dejando a su madre y hermana sorprendidas y con ciento de interrogantes sobre esta desconocida que hacia sonreír a Albert como no lo había hecho en mucho tiempo.
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- ¿Y a que se debe tan buen humor? – pregunto Susana mientras cenaban, algo sorprendida por el buen humor de su madre – hahahaha, digamos que… al fin, al fin romperemos cualquier tipo de parentesco o relación con Candice.
- ¿En serio? ¿Por qué? ¿Qué paso? – pregunto curiosa, Ursulla permaneció en silencio, sonriente – vamos mamá, cuéntame, ¿si? – rogo aun más curiosa Susana – encontré comprador para Graphics – dijo – AHHHHHHH – grito Susana mientras aplaudía feliz por semejante noticia – ¿en serio? Ahhhh, no puedo creerlo, al fin nos desharemos de la maldita de Candy – agrego con placer – a ver y cuéntame ¿Quién es el famoso comprador? – pregunto curiosa ahora por la identidad de la persona que compraría Graphics – no lo sé, según Leonel el hombre quiere mantener su identidad en secreto y a mí la verdad no me importa, lo más importante es que quiere comprar Graphics con todo y deudas, lo cual ayuda un poco a Candice, lastimosamente no irá a la cárcel – esto último lo dijo con un dejo de tristeza en su voz mientras Susana suspiraba incrédula de que de una manera u otra el destino siempre ayudara a Candice – pero no importa, igual quedara en la calle, sin madre, sin padre y pobre, hahahahahahaahaha – dijo entre carcajadas Susana feliz, el dolor de Candice siempre le había hecho sentir una satisfacción enfermiza, desde que su madre se había casado con el padre de Candice había pasado a un segundo lugar en todo, en la escuela, con los chicos y hasta con su madre quien siempre pensaba en una manera de deshacerse de ella y del fantasma de su madre, es por todo esto que cuando Miguel murió en un accidente y su madre paso a controlar todo, disfruto cada una de sus lagrimas, de su dolor, estaba sola sin nadie, al fin todo estaba a su favor, Candice estaba en la calle, sola, sin la ayuda de nadie y eso simplemente la hacía sentir completa y satisfecha.
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- ¿En serio? ¿Por qué? ¿Qué paso? – pregunto curiosa, Ursulla permaneció en silencio, sonriente – vamos mamá, cuéntame, ¿si? – rogo aun más curiosa Susana – encontré comprador para Graphics – dijo – AHHHHHHH – grito Susana mientras aplaudía feliz por semejante noticia – ¿en serio? Ahhhh, no puedo creerlo, al fin nos desharemos de la maldita de Candy – agrego con placer – a ver y cuéntame ¿Quién es el famoso comprador? – pregunto curiosa ahora por la identidad de la persona que compraría Graphics – no lo sé, según Leonel el hombre quiere mantener su identidad en secreto y a mí la verdad no me importa, lo más importante es que quiere comprar Graphics con todo y deudas, lo cual ayuda un poco a Candice, lastimosamente no irá a la cárcel – esto último lo dijo con un dejo de tristeza en su voz mientras Susana suspiraba incrédula de que de una manera u otra el destino siempre ayudara a Candice – pero no importa, igual quedara en la calle, sin madre, sin padre y pobre, hahahahahahaahaha – dijo entre carcajadas Susana feliz, el dolor de Candice siempre le había hecho sentir una satisfacción enfermiza, desde que su madre se había casado con el padre de Candice había pasado a un segundo lugar en todo, en la escuela, con los chicos y hasta con su madre quien siempre pensaba en una manera de deshacerse de ella y del fantasma de su madre, es por todo esto que cuando Miguel murió en un accidente y su madre paso a controlar todo, disfruto cada una de sus lagrimas, de su dolor, estaba sola sin nadie, al fin todo estaba a su favor, Candice estaba en la calle, sola, sin la ayuda de nadie y eso simplemente la hacía sentir completa y satisfecha.
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- “Albert… ¿Por qué no invitas a tu novia al baile?” – recordó el joven rubio las palabras de su madre mientras ignoraba una vez más la voz de su administrador y la de su consejero financiero, George – tal vez debería invitarla y contarle todo en el baile – pensó – pero... ¿Qué pasa si se enoja y no desea escucharme?... vamos Albert, algún día tienes que decírselo y es mejor que lo hagas tu a que lo haga una tercera persona y así SI será peor
- Albert, las ventas en la parte comestible a disminuido un poco, sin embargo, las ventas del departamento deportivo y femenino han incrementado en un 20% - dijo George notando la lejanía de su joven amigo – Albert…
- “es solo que no puedo comprender el proceder de la gente rica… ¿Qué quieres decir?... pues… creen que el mundo es suyo y el resto solo estamos allí por alquiler” – recordó la conversación sostenida hacia tiempo atrás colocándose aun más nervioso, le preocupaba la reacción de Candice al enterarse que Albert era uno de sus ricachones que ella tanto detestaba y peor aun, que le había mentido deliberadamente – Albert… are you listening to me? – pregunto Mark, el administrador, el chico no respondió – mmm, Mark, you know what? Let’s do this later, Albert is a Little bit tired… he doesn’t feel good, what do you think? – dijo George a un confundido Mark con la lejanía y despreocupación de Albert – Ok, sure – acepto la sugerencia de George – thank you and sorry – agradeció y se disculpo algo apenado – Albert… Albert – lo llamo trayéndolo de regreso y observándolo con mirada dura – ¿si George?... ¿Dónde está Mark? – pregunto algo sorprendido por la ausencia del hombre – Mark se acaba de ir debido a tu falta de interés en el tema económico y administrativo de Harrots – respondió severamente, apenando a Albert – lo siento George, es solo que…
- Tienes la mente en esa chica de nuevo, Albert, se que estas enamorado pero no puedes permitir que el amor te haga olvidar tus deberes como la cabeza de la familia Granchester, recuerda que eres tu quien debe velar por el bienestar de tu familia.
- Eso lo sé George, nunca he olvidado mis deberes como Albert Granchester, sin embargo, creo que ha llegado el momento de preocuparme por Albert, el ser humano que siente y ama – respondió un poco molesto con George por su constante presión – lo sé, sin embargo, me preocupan todas las decisiones que has tomado últimamente…
(Parrot)
- Albert, las ventas en la parte comestible a disminuido un poco, sin embargo, las ventas del departamento deportivo y femenino han incrementado en un 20% - dijo George notando la lejanía de su joven amigo – Albert…
- “es solo que no puedo comprender el proceder de la gente rica… ¿Qué quieres decir?... pues… creen que el mundo es suyo y el resto solo estamos allí por alquiler” – recordó la conversación sostenida hacia tiempo atrás colocándose aun más nervioso, le preocupaba la reacción de Candice al enterarse que Albert era uno de sus ricachones que ella tanto detestaba y peor aun, que le había mentido deliberadamente – Albert… are you listening to me? – pregunto Mark, el administrador, el chico no respondió – mmm, Mark, you know what? Let’s do this later, Albert is a Little bit tired… he doesn’t feel good, what do you think? – dijo George a un confundido Mark con la lejanía y despreocupación de Albert – Ok, sure – acepto la sugerencia de George – thank you and sorry – agradeció y se disculpo algo apenado – Albert… Albert – lo llamo trayéndolo de regreso y observándolo con mirada dura – ¿si George?... ¿Dónde está Mark? – pregunto algo sorprendido por la ausencia del hombre – Mark se acaba de ir debido a tu falta de interés en el tema económico y administrativo de Harrots – respondió severamente, apenando a Albert – lo siento George, es solo que…
- Tienes la mente en esa chica de nuevo, Albert, se que estas enamorado pero no puedes permitir que el amor te haga olvidar tus deberes como la cabeza de la familia Granchester, recuerda que eres tu quien debe velar por el bienestar de tu familia.
- Eso lo sé George, nunca he olvidado mis deberes como Albert Granchester, sin embargo, creo que ha llegado el momento de preocuparme por Albert, el ser humano que siente y ama – respondió un poco molesto con George por su constante presión – lo sé, sin embargo, me preocupan todas las decisiones que has tomado últimamente…
(Parrot)
- No te preocupes George que si algo sale mal… serán mis errores y mi culpa – agrego con seguridad y colocándose de pie - lo único que me preocupa en estos momentos es la reacción de mi hada cuando se entere que he mentido y que soy uno de los ricachones que ella tanto desprecia – concluyo con la mirada perdida en la nada, vacilante e indeciso.
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“- Terry ya… deja de estar preguntándole a la gente sobre sus ganancias o pérdidas – lo regaño la chica apenada cuando le preguntaba sobre sus ventas a uno de los tantos vendedores del lugar - ¿Por qué?... Si lo hago para buscar una manera de ayudarlos Candy – se defendió el chico – ¿una manera de ayudarlos? – demando confundida – mira Cinderella, toda esta gente pierde cantidades de dinero en impuestos, sin contar, lo que deben de pagar por el alquiler del lugar que ocupan – comenzó con su explicación – y de verdad me parece injusto, muy injusto de hecho, no puedo creer que trabajen tanto y sean muy pocas las ganancias que tienen – agrego sorprendiendo a la chica con la profundidad del tema y su verdadera preocupación – sería muy bueno abrir un mercado donde las personas con negocios solo tuvieran que pagar por el mantenimiento del lugar – continuo pensativo – si, tienes razón pero… es algo muy difícil Terry, no creo que alguien se atreva a formentar este tipo de negocios, perdería dinero – dijo ella bastante a gusto con el tema – si… lo sé – afirmo pensativo – Terry… Terry ¿A dónde vas? – pregunto ahora algo desconcertada por la acción del chico quien se alejaba de ella – TERRY – grito, pero el joven hizo caso omiso – ¡shit! – exclamo colocando sus ojos en blanco, perdería más tiempo del que ya había perdido, la bruja estaría verdaderamente enojada, aunque, después de todo lo que había sucedido entre ellas, ya ni siquiera le importaba –Thank you – agradeció el chico tomado un paquete misterioso, bastante sonriente, Candice aguardaba algo impaciente el chico tardaba algo en regresar, había pensado en irse sin él y dejarlo allí a su suerte, pero… no había podido, la creciente preocupación por el bienestar de Terry no se lo había permitido – toma – dijo Terry a su lado sorprendiéndola y entregándole una bolsa, la chica lo observo expectante – es para ti – agrego colocándolo entre sus manos, Candice lo tomo sin comprender y observo el paquete algo escéptica – no es una bomba, ni nada malo, confía en mí – dijo sonriendo y estremeciendo el mundo de la rubia quien solo comenzó a desenvolver aquello que el chico le había regalado con ansiedad, su corazón latía con fuerza motivado por su curiosidad – pero… oh my God, Terry…
- El que tienes en tu habitación esta algo deteriorado – dijo cuando la chica había descubierto un hermoso portaretrato de madera – creo que es del tamaño exacto de la fotografía de tus padres ¿no crees? – afirmo satisfecho con la reacción de la chica cuyos ojos se habían cristalizados, estaba conmovida – pero… ¿Cómo…
- Lo note la vez que estuve en tu cuarto, había querido comprarlo, pero no había tenido la oportunidad, no quería nada ostentoso o caro, no es tu estilo, deseaba regalarte algo parecido a ti, sencillo pero hermoso – agrego cuando la chica permanecía pasmada, sin palabras – gracias, de verdad muchas gracias – musito sonriente, mientras lagrimas de agradecimiento, conmoción y felicidad salían de sus verdes ojos – aun y cuando sean lagrimas de alegría, no me gusta verte llorar – susurro acercándose a ella para limpiar suavemente las lagrimas que corrían por el rostro de una Candice inmóvil, perdida en la calidez de su toque, de su mirada, del corazón del Terry que había entrado en su corazón, ocupándolo egoístamente por completo”
- El que tienes en tu habitación esta algo deteriorado – dijo cuando la chica había descubierto un hermoso portaretrato de madera – creo que es del tamaño exacto de la fotografía de tus padres ¿no crees? – afirmo satisfecho con la reacción de la chica cuyos ojos se habían cristalizados, estaba conmovida – pero… ¿Cómo…
- Lo note la vez que estuve en tu cuarto, había querido comprarlo, pero no había tenido la oportunidad, no quería nada ostentoso o caro, no es tu estilo, deseaba regalarte algo parecido a ti, sencillo pero hermoso – agrego cuando la chica permanecía pasmada, sin palabras – gracias, de verdad muchas gracias – musito sonriente, mientras lagrimas de agradecimiento, conmoción y felicidad salían de sus verdes ojos – aun y cuando sean lagrimas de alegría, no me gusta verte llorar – susurro acercándose a ella para limpiar suavemente las lagrimas que corrían por el rostro de una Candice inmóvil, perdida en la calidez de su toque, de su mirada, del corazón del Terry que había entrado en su corazón, ocupándolo egoístamente por completo”
- ¿En qué momento me sucedió esto? – Se pregunto pensativa, mientras acariciaba el portaretrato y observaba el caracol regalado por él - ¿en qué momento mi corazón comenzó a latir de esta manera, tan fieramente, con tan solo pensar en ti? – agrego - ¿me habré equivocado?... ¿me habré equivocado de Príncipe? – concluyo observando tristemente a Peter.
CONTINUARA.......
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