domingo, 29 de marzo de 2009

Cinderella 7



Terry se coloco de pie con un enorme dolor de cabeza, todo le daba vueltas, camino despacio hasta la sala de baño, donde lavo su rostro y tomo un par de aspirinas, observo a lo lejos a la joven rubia quien dormía plácidamente en su cama, cerro de un portazo sin importarle si la despertaba o no, la bronca dentro de él era inmensa ¿Qué diablos hacia? Si su madre se enteraba que Susana había pasado la noche con él, ciertamente se escandalizaría y lo presionaría hasta comprometerlos, o peor aún, hasta casarlos – eres un maldito idiota Terrence Granchester – se recrimino lavando su rostro una y otra vez, estaba cometiendo errores garrafales y el primero, traer a Susana a su apartamento y todo por borrar la imagen de otra mujer de su cabeza, había tenido sexo toda la noche con Susana, tratando de calmar la ira dentro de él y al final de cuentas no había funcionado, la furia se encontraba aun dentro al igual que la imagen tallada de Candice en su cien y la cual para su mala fortuna se negaba a abandonarlo – Terry… cariño, ¿estás bien? – pregunto Susana del otro lado de la puerta quien había despertado algo asustada – tienes que irte – dijo abriendo la puerta y pasando por su lado para tomar algo de ropa limpia – pero…
- Vístete – ordeno entrando del nuevo al baño dejando a Susana echando chispa del enojo – Idiota – murmuro tomando su ropa y vistiéndose – lo que tengo que soportar… y todo por dinero – agrego mientras se colocaba su sweater – ya veremos qué pasa cuando dentro de mi crezca el heredero de todo esto - susurro observando los lujos presentes en la gran mansión Granchester.
Terry cerro sus ojos mientras el agua cálida de la ducha corría por su cabeza y todo su cuerpo, relajándolo, la figura de la joven rubia no desaparecía, mucho menos el moretón en su ojo sin contar el hecho de que SU NOVIO era el causante, ese pensamiento despertó la ira adormecida por le tibies del agua provocando que golpeara la pared frente a él ¿Qué demonios le sucedía a Candice? ¿Cómo podía estar al lado de un hombre que la trataba de esa manera?, el solo hecho de pensar que otro hombre estaba en el corazón de la chica, que poseía su amor, aumento la ira – ¿Y a ti por que te importa lo que le pase o le deje de pasar a una simple sirvienta como ella? – se pregunto entre dientes mientras salía de la ducha – ella no es nada en tu vida Terry, solo… diversión, eso es todo, solo es un comodín en caso de que te aburras de Susana, eso es todo – concluyo para salir del baño ya vestido y tomar a Susana por uno de sus brazos, la sacaría de su apartamento cautelosamente, sin dejar rastro de su presencia, sin que In la viera, tal cual lo había hecho ya con varias.



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- What else did he say?
- Bueno… hablara con un abogado, le explicara mi problema y luego me dirá las posibilidades que tenemos, aunque para él, lo mejor sería vender – respondió en un suspiro preocupada – a lo mejor es eso lo que tienes que hacer – apoyo la opinión del joven María sentándose a su lado – con ese dinero y lo que consiguió la BRUJA al vender tus propiedades, podrías pagar las tantas deudas a tu nombre.
- ¡Deudas a mi nombre! – exclamo irónica – no puedo creer que tenga deudas de dinero que ni siquiera he tocado – agrego incrédula, cerrando sus ojos tratando de hallar una salida, era increíble que tuviera que pagar dinero que no habia visto o utilizado –don’t worry sweetie, we’ll find a way to get out of this problem – afirmo Sara colocando su mano sobre la de Candice para darle ánimos – I hope so, I really do.
- RING, RING – sonó la campana de la bruja – solo respira cariño, ya falta poco – susurro María a Candice quien suspiraba cansada, se colocaba de pie y tomaba la bandeja con el desayuno servido de la Ponzoña venenosa de Ursulla Marlowe – tiene veneno, ¿no es cierto? – le pregunto a Sara quien solo sonrió divertida – buenos días – saludo Ursulla a Candice quien entraba al comedor y comenzaba a servir el desayuno, notando la ausencia de la gusana – está en su habitación, un poco indispuesta – mintió la mujer cuando noto la mirada insistente de la rubia sobre la silla vacía de Susana – permiso – se disculpo cuando había realizado su trabajo para retirarse del lugar – la brujerzuela está enferma así que no te preocupes en servir su desayuno nana – dijo cuando entraba a la cocina – ¡what a lie! – exclamo Sara captando la atención de las dos mujeres quienes clavaron su mirada sobre ella – she hasn’t come back from her date with Terry – agrego encogiendose de hombros, Candice solo enarco una de sus cejas - ¿Susana esta con Terry? – pregunto con una mezcla de sorpresa e ira en su voz – yes, they went out together and she hasn’t come back yet, I think they spent the whole night together – agrego, la joven solo negó con su cabeza decepcionada, al parecer eran tal para cual – Candice Cariño ¿A dónde vas? – pregunto María al notar que la chica se alejaba en dirección a la puerta – solo… necesito salir, no voy a ningún lado, estaré en el jardín – contesto con cierta opresión en su pecho - ¿Qué demonios te pasa Candice? – se pregunto un poco molesta con lo que sentía – si el idiota de Terry decide estar con la gusana es su problema y no el tuyo – continuo con su reprimenda – además… como dice el dicho, ¡Dios los crea y ellos se unen! – exclamo sarcástica caminando de un lugar a otro enojada – ja, no puedo creer que pensara que era distinto – agrego colocando sus ojos en blanco, incrédula de lo inocente que podía llegar a ser a veces, al parecer el chico solo divertía con ella – ERES UN IDIOTA TERRY GRANCHESTER.
-Gracias – dijo el chico a sus espaldas sorprendiéndo a Candice a quien por poco le da un infarto – aunque aun no comprendo la razón del cumplido – agrego acercándose a ella con su caminar despreocupado, la chica solo negó con su cabeza y entorno sus ojos – idiota – susurro mientras comenzaba su regreso de camino a la casa - ¿molesta porque Susana paso la noche conmigo? – pregunto deteniendo el paso de la joven a su espalda quien solo rio irónica – si claro… molestísima.
- Te mueres por mi, ¿no es cierto? – pregunto cínico dando media vuelta y observándola fijamente, Candice solo trago grueso, ciento de mariposas comenzaron a revolotear en su cuerpo y un escalofrió recorrió su espina dorsal, esa mirada paralizaba su corazón y su cerebro dejaba de funcionar - todas son iguales – dijo acercándose a ella – una cita, palabras bonitas, flores y todo está listo para que caigan en mis redes – agrego frente a ella, Candice permanecía increíblemente en silencio, perdida en esa verdiazul mirada que detenia su mundo por completo ¿Qué demonios pasaba con ella? ¿Por qué no podía contestarle como se debía al patán frente a ella? ¿Qué le pasaba con Terry Granchester? – una caricia y… - Terry no pudo culminar la frase su mano se encontraba sobre la mejilla de Candice pero su mirada estaba fija en el golpe en su ojo – no puedo creer que aceptes que te hagan esto - susurro con su verdiazul mirada apenada sobre el golpe en el ojo de la rubia.
- ¿Qué quieres decir con eso? – demando algo sorprendida, ¿Sabia Terry todo? – no…no entiendo – agrego con el ceño fruncido bastante nerviosa – él que no comprende soy yo Cinderella, ¿Cómo puedes permitirle al idiota de tu novio te golpee?
- ¿Mi novio? ¿Sobre qué hablas?
- Hablo sobre el idiota que te tomaba ayer de la mano y bailaba contigo en pleno campus universitario y tu como si nada de esto hubiese sucedido – respondió entre dientes señalando su ojo – el chico que… jajajajajaja – comenzó a reírse divertida - ¿celoso?
- ¿Yo? ¿Celoso por ti? Yeah right – contesto con ironía aunque por alguna razón era cierto, si estaba celoso, era la primera vez que esto le sucedía con una chica - ¿seguro?
- Claro que si… solo me preocupo por tu bienestar eso es todo – contesto algo nervioso dándole la espalda a la chica, tratando de ocultar como se sentía verdaderamente – además, no me gusta ver este tipo de maltrato en ninguna mujer - continuo con su mentira – mira ricachón, primero, no tienes porque preocuparte por mí, tu y yo no somos nada, segundo, Al es solo un buen amigo y por ultimo creo que lo que me pase o deje de pasarme es MI PROBLEMA – esto último lo acentuó bastante enojada con el hecho de que todo el mundo quisiera meterse en su vida, especialmente el hombre frente quien se revolcaba con Susana cada 5 segundos – Entonces si no fue tu amiguito… ¿Quién lo hizo? - Pregunto acercándose de nuevo a ella con esa mirada preocupada y tono de voz dulce, la joven solo escapo de su mirada, dio media vuelta y comenzó a alejarse – pregunte quien lo hizo, ¿QUIEN TE GOLPEO? – repitio tomándola por uno de sus brazos irritado por el silencio de la chica – RESPONDEME – ordeno apretando con más fuerza el brazo de la chica quien gimió de dolor – ricachón me estás haciendo daño.
- ¿Quién te golpeo? – demando de nuevo haciendo caso omiso de la queja – nadie… me golpee con… con la puerta del baño – mintió para salir del aprieto – no me mientas – dijo entre dientes apretando mas el brazo de la joven - ¡OYE! – exclamo empujándolo fuertemente para liberarse - ¿Qué te pasa idiota?
- Perdón, perdóname Candy, no quería…
- Solo aléjate de mi – pidió enojada retomando su camino de regreso – Candy espera, espera por favor – rogo – tomándola por ambos brazos – no me toques.
- Ok, no lo hare – dijo alejándose de ella y levantando sus manos en alto – perdón, perdóname – pidió, Candice lo observaba confundida ¿Quién era el verdadero Terry? – Es solo que… no me gusta que te hieran – prosiguió, la chica permanecía con el ceño fruncido – bueno… no me gusta que hieran físicamente a ninguna mujer, me parece detestable – agrego rápidamente – whatever.
- Cinderella… espera… - rogo deteniendo el paso de la joven una vez más - ¿Qué quieres ahora?
- Ahhh… bueno…
- ¿Qué? - demando exasperada
- Mi chaqueta… necesito mi chaqueta – contesto rápidamente, fue lo primero que le vino a la cabeza, necesitaba retenerla a su lado aunque fuese unos segundos más, se sentia tan bien a su lado, la joven solo negó con su cabeza incrédula – sígueme – pidió entrando de regreso a la casa seguida por el joven quien no comprendía su proceder ¿Por qué demonios necesitaba tanto de su compañía? ¿Por qué deseaba verla cada momento, cada segundo?, la joven seguía su camino nerviosa ¿Por qué su corazón latía de esta manera cada vez que él estaba cerca?, giro la perilla y entraron a su mundo, el lugar estaba exactamente como Terry lo recordaba, solo que esta vez había banderilla del Chelsea College of arts and design – toma… gracias – agradeció entregándole la chaqueta – de nada – respondió el joven tocando la mano de la joven en el proceso e incomodándola un poco más – bueno ya te entregue tu chaqueta así que puedes…
- ¿Qué hacías en el Chelsea College ayer? – demando interrumpiéndola - ¿Cómo..? ahhh, bueno, al parecer mi Príncipe… quiero decir Al – se corrigió rápidamente, el chico solo frunció el ceño algo molesto – consiguió una beca para mi, con unos bosquejos que le preste hace algún tiempo ya – prosiguió con su explicación – entonces… ¿estudiaras allí?
- Así parece – respondió mientras sonreía nerviosa - ¿Qué es esto? – pregunto tomando un block de dibujo que se encontraba su mesa de noche – no…espera – Candy quiso detenerlo pero ya era muy tarde
- Bien – murmuro colocándolo de regreso - ¿solo eso? ¿Bien? – pregunto molesta – es que… no sé cómo decir esto… pero… no son muy bueno.
- Idiota… ¿Qué podrías saber tú de diseño?
- Mucho… a decir verdad – dijo con autosuficiencia, la chica solo bufo incrédula – me encantas cuando te enojas Cinderella pecosa – susurro acercándose a ella peligrosamente, la joven retrocedio inquieta – una pregunta… ¿estás segura de que no te gusto? – demando observándola de lado - ¿Qué quieres decir? – preguntoo chocando con su peinadora y notando la cercanía peligrosa del chico – pues… el chico del diseño… se parece muchísimo a mí.
- ¿Qué?
- JAJAJAJAJA – el joven comenzó a reír divertido por la cara de susto de la rubia – no te preocupes, será un secreto entre tú y yo – agrego – ¡idiota! – exclamo la joven entornando sus ojos incrédula – oye… oye, respeta que no hablas con cualquiera hablas con Terry Granchester
- Si claro, hablo con Terry Granchester, el hombre más creído e idiota del mundo.
- Podría ser todo eso, pero… te gusto – afirmo enojándola mas – mira ricachón…
- Ok, ok, lo siento, no te enojes – la interrumpió apretando fugazmente la nariz de la joven – pero ya fuera de juego, tus diseños son muy buenos, solo bromeaba – continuo – y otra cosa Cinderella ¿no habíamos quedado en que dejarías de llamarme ricachón? – Se quejo el joven – está bien… Terry – acordó sonriente la chica, olvidando la broma y su supuesto disgusto bastante rapido – oye… que linda fotografía esa – opino acercándose a un corcho colgado sobre una de las paredes de la habitación – NO toques nada y mejor vete ya que si la gusana… digo Susana te encuentra aquí arde Troya – agrego mientras Terry reía divertido – Ok, Ok, ya me voy antes de que la brujita se entere – acepto caminando hasta la puerta en compañía de la joven.
- Maldita – dijo Susana entre dientes saliendo del baño y quien había escuchado toda la conversación, había entrado a la habitación de Candice en busca de su firma para llevársela a un falsificador profesional y poder disfrutar del dinero de la venta de sus propiedades, cuando escucho la voz de esta y de Terry - MALDITA SEAS CANDICE BLANCO, JURO PISOTEARTE COMO A UN SUCIO GUSANO – concluyo lanzando al piso la fotografía de la chica junto a su familia, esta historia entre Candice y Terry tenía que terminar ahora, antes de que el muy idiota se enredara con ella y ella pasara a segundo plano.

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- Señor… ¿sabía usted esto? – pregunto George al rubio, mostrándole los documentos sobre la empresa Graphics – Ursulla y Susana son… son las brujas – susurro sorprendido - ¿Cómo dijo Señor?
- Nada George – contesto leyendo con cuidado los documentos traídos por el hombre - ¿no hay manera de salvar la empresa sin tener que vender? – pregunto después de algunos minutos – no Señor, la empresa está hundida en deudas, así que, lo mejor sería vender y pagar parte del dinero.
- ¿Y qué averiguaste sobre la venta de las propiedades?
- Pues… han vendido todo, el problema es que nadie puede tocar ese dinero, solo la Señorita Candice – respondió – no quiero parecer metiche Señor, pero mi consejo para su amiga seria vender y unir ese dinero al ya ganado con la venta de las propiedades y pagar las deudas que tiene.
- ¿Las deudas están a su nombre? – pregunto asombrado – pero…
- Al parecer, los préstamos fueron realizados a su nombre y utilizando su firma – interrumpió al rubio para explicarse aun más – aunque por lo que me dice creo que la Señorita Blanco no sabía nada de esto, Señor si la joven no cancela las deudas, es ella quien va a la cárcel y no la Sra. Ursulla y la Srta. Susana quienes han sido la que han disfrutado del dinero.
- ¡Dios Santo! – exclamo el chico preocupado apoyando su cabeza sobre sus manos, ¿Cómo ayudarla? Si Candice utilizaba todo ese dinero para pagar la deuda, quedaría prácticamente en la calle, tenía que hacer algo para ayudarla pero… ¿Qué?

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- Aquí tienes – dijo Susana lanzando la caligrafía de la firma de Candice sobre uno de sus diseños – perfecto… con esto bastara para poder utilizar el dinero restante y vender la empresa – dijo la mujer tomando la hoja y guardándola en un lugar seguro, Susana tomo asiento pensativa, el enojo no se marchaba, sentía cierto malestar en su corazón, el solo hecho de imaginar a Terry junto a Candy hacia hervir su sangre - ¿estás bien? – pregunto su madre al notar cierto enojo – si, no es nada que no pueda manejar.
- ¿Segura? – Insistió – si, no te preocupes, no es nada – concluyo para salir del escritorio en dirección a su habitación - ¿Qué pasa contigo Susana? – Se pregunto la chica observando su reflejo en el espejo, sentía una fuerte opresión en su pecho – “me encantas cuando te enojas Cinderella” – recordó las palabras dichas por Terry – No puedo perder contra ella, no… no puedo perder a Terry… no puedo.

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- SURPRISE – grito Karen sorprendiendo a Terry cuando este entraba a su habitación en casa de su madre - ¿Karen?
- Pues claro tonto y además vivita y coleando – agrego caminando hasta él – Karen yo…
- Tu nada, abrázame y ya está – lo interrumpió lanzándose a los brazos de su hermano a quien había extrañado muchísimo, Terry solo sonrió y cerro el abrazo ¿Cuánto tiempo hacia desde la última vez que lo había hecho? – te extrañe muchísimo Granchester – dijo en un suspiro la chica feliz de poder estar de regreso con su familia pero especialmente por poder ver a Terry y estar a su lado – y yo a ti mocosa – afirmo besando dulcemente la frente de la chica – ahora si… cuéntame sobre tu vida ¿Cómo has estado? Albert me conto que te encargabas del departamento publicitario de la tienda pero… ¿Cómo te sientes con tus nuevas obligaciones? – pregunto rompiendo el abrazo y tomando asiento en la cama del chico – pues… nada mal, de hecho me gusta aunque no tanto como a Albert, claro está – respondió imitando la acción de su hermana – Karen yo… quiero disculparme por no…
- No te preocupes Granchester, todo está bien, te entiendo, pero me hubiese gustado que fueras a la clínica aunque sea una vez – interrumpió rápidamente la disculpa de su hermano quien sonrió débilmente – hey, ya estoy bien, mírame – afirmo colocándose de pie y modelando para él – el cáncer no pudo conmigo, estoy viva, así que no hay motivos para estar tristes, ¿OK? – agrego, Terry solo sonrió tranquilo y feliz de tenerla de regreso – oye T, ¿no sabes quién es la chica que tiene a Albert de esa manera?
- ¿Qué quieres decir?
- Pues… lo veo algo preocupado y por lo que se las tiendas van de maravilla, así que me imagino que esta así por una chica, ¿o acaso me equivoco?
- Pues no te equivocas mocosa, al parecer el grandote está enamorado, aunque todavía no se su nombre, nadie la conoce o sabe de ella.
- Mmmm, ya veo, así que sigue igual de reservado – murmuro pensativa – oye Terry, ¿Qué tal si tu y yo jugamos a los detectives y averiguamos quien es esta chica? – pregunto con picardía en su mirada – oye Karen, ¿no crees que ya estas como que grandecita para jugar al detective? – demando Terry con el ceño fruncido – y tú sigues siendo el mismo obstinado y amargado de siempre – asevero besando la mejilla de su hermano quien solo sonrió a carcajadas – vamos… ayúdame ¿sí?, vamos Granchester, así podremos ayudarlo – rogo con puchero – no Karen, recuerda que la última vez que quisimos ayudar, le arruinamos la cena de aniversario cuando salía con esta chica… ay no recuerdo como se llama.
- Kristina, Terry, su nombre es Kristina.
- Bueno esa, así que esta vez, estás sola, no quiero tener problemas con Albert otra vez – agrego dejándose caer sobre su cama – Granchester.
- ¿Mmm?
- ¿Puedes llevarme a Greenwich market?
- ¿Qué?
- Por favor… de verdad quiero ir, por favor.
- Ok, pero no hoy, quizas el próximo fin de semana.
- Gracias, bueno ahora si molesto a alguien más – dijo colocandose de pie – yes… please.
- ¡Asshole! – exclamo entornado sus ojos – bye – concluyo para salir de la habitación del chico quien suspiro profundamente y cerro sus ojos, era bueno tener cerca a Karen, sin embargo, ese suspiro tenia nombre y apellido y no era precisamente el de su hermana.

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- “No quisiera vender el trabajo de toda una vida de mi padre” – recordó la suave voz de la rubia – “Señor si la joven no cancela las deudas, es ella quien va a la cárcel” – las palabras de George hacían eco en su cabeza, Albert suspiro dejando caer pesadamente su cabeza hacia atrás.
Moo jwe

Flashback

- Pero… ¿Albert has perdido la razón? – pregunto George escandalizado con la idea del chico – si, parece una locura George pero… es la única salida.
- Albert, esa empresa está llena de deudas, sin contar la mala fama que Ursulla le ha dado, no podemos arriesgarnos de esa manera.
- Se que es un riesgo George pero…
- Albert, no puedes dejar que tus sentimientos nublen tu razón – lo interrumpió George de inmediato – ¿y qué tal si solo nos asociamos?
- No Albert, ninguna posibilidad nos favorece, si compras o te asocias con esa empresa, solo obtendrás perdidas – contestó de inmediato.
- ¿Qué puedo hacer para ayudarte hada? ¿Qué puedo hacer para que mantengas la empresa de tu padre a flote?

Final

- Al ¿estás bien? – pregunto Karen quien había entrado al escritorio de su hermano algo preocupada por él – si, es solo el trabajo – mintió – vamos grandote, no me mientas, ¿Qué pasa? – insistió haciendo sonreír a su hermano, al parecer Karen no había perdido su perspicacia – es solo que… deseo ayudar a alguien y…
- ¿una chica?
- Un hada diría yo – respondió mientras sonreía con el recuerdo de la rubia – mmm, ya entiendo pero ¿Qué problema tiene?
- Bueno, en resumen, su madrastra y hermanastra la han hecho la vida de cuadritos, sin contar el hecho de que han endeudado la empresa de su familia, dejándola prácticamente en la calle.
- ¡Vaya… una Cinderella moderna! – exclamo – podría decirse.
- Y… ¿Te gusta? – pregunto, Albert solo la observo fijamente, nunca se había hecho esta pregunta, pero… si, le gustaba y mucho, nunca se había sentido de esta manera, sentía necesidad de su sonrisa, de su mirada, la necesitaba a ella cada segundo, minuto e instante, era como una droga, una droga que lo ayudaba a seguir día a día – Al – lo llamo su hermana al no recibir respuesta – ¿mmm?
- ¿Do you like her?
- Yes, I do like her – respondió mientras sonreía algo sorprendido de su confesión – entonces… haz lo que tengas que hacer para ayudarla, no dejes escapar el amor grandote.
- ¿Amor? – pregunto confundido observando a su hermana – obviamente no solo te gusta y eso lo sabes – respondió guiñándole – así que adelante grandote, que no hay nada que TU no puedas hacer – concluyo besando la frente de su hermano para salir del escritorio, después de haberle dado el empujón necesario.

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Candice observaba su reloj una y otra vez, su Príncipe estaba atrasadísimo, habían pasado más de 20 minutos de la hora acordada y el chico no aparecía, aspiro profundo y cerro sus ojos, el frio del invierno ya se sentía en el ambiente, al igual que la nostalgia de extrañar a sus padres la cual no desaparecía, extrañaba el aroma de su madre y la sonrisa de su padre, extrañaba el tiempo que pasaban juntos divirtiéndose y comprando los regalos de esta época, extrañaba el poder sentirlos, verlos, hablarles, respiro hondo una vez mas y dejo caer su cabeza hacia atrás pudiendo observar el oscuro cielo de Londres, era eso lo que no le gustaba de esta ciudad, era… muy oscura y triste, la mayoría del tiempo solo había nubes negras y oscuridad – Miss – la llamo una voz desconocida, Candice retomo su postura y observo al joven delante de ella – This is for you – dijo ahora el chico mostrando un enorme oso de peluche marrón, Candice frunció el ceño confundida – I’m sorry but…
- It’s a gift… from your Prince – la interrumpió, la chica solo sonrió comprendiendo – but where is he?
- He can’t come today so he sent one of his loyal officer – contesto entregándole el oso de peluche – ahhh… well Thank you – agradecio aun sorprendida – you’re welcome – concluyo el chico haciendo una pequeña caravana para alejarse – jajajajajajaja – Candice reía divertida, que ocurrencias tenia Albert – mmm… así que Tu eres su leal oficial – dijo con el oso frente a ella – a ver… y… ¿Cuál será tu nombre? – pregunto estudiándolo detenidamente – uuu… ¿Qué es esto? – demando cuando sus ojos se encontraron con un sobre blanco atado al oso – mmm… ¿será una carta de amor? – le pregunto al oso – eres muy tímido… ¿lo sabias? – opino sonriente, tomo el sobre y saco la nota que se encontraba dentro

Mi querida Hada:
De verdad siento no poder asistir a nuestra cita matutina, mi jefe me ha pedido lo acompañe a ciertas reuniones y no he podido negarme, sin embargo, he enviado a mi leal oficial, su nombre es Peter y tiene como labor principal estar siempre a tu lado y hacerte sonreír cuando te sientas triste. Por otra parte he conseguido un buen abogado, quiere verte mañana mismo, así que te espero en la tienda Harrots, es allí donde trabajo, espero con ansia y felicidad el día de mañana porque podre verte, cuídate.
Tu Príncipe.

- Ahhhh, Mi Príncipe – dijo la chica en un suspiro, ya no había frio, solo la cálida briza provocada por el regalo y las palabras de su Príncipe – “espero con ansia y felicidad el día de mañana, porque podre verte”
- Ahhhh – ahogo un grito de felicidad cuando hundía su rostro en Peter y se imaginaba que eran los brazos de su galante Príncipe.

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- Aquí tienes la firma de Candice – dijo Ursulla entregando el poder firmado por la chica – ahora sí, libera el dinero, que necesito comprar algunas cosas – agrego tomando asiento en la oficina del abogado de la familia, Leonel tomo el documento y lo observo detenidamente, no podía creer que Candice lo firmara – ay por favor Leonel, termina de entender que Candice hace lo que se le ordena y punto – agrego, sin embargo, el hombre permanecía en silencio, estaba seguro que Candice no firmaría nada después de conocer su realidad financiera, pero… era su firma, su caligrafía - ¿y entonces?
- Ursulla… yo te recomendaría que mejor utilizaras ese dinero para pagar la deuda y comenzar a forjar una nueva imagen de Graphics, así…
- Cállate Leonel, de verdad no tengo tiempo para esto – lo interrumpió algo molesta – pero Ursulla, es la empresa de Miguel, Graphics era su vida.
- Miguel está muerto, ¿Cuándo vas a comprenderlo? No me importa lo que le pase o le deje de pasar a esa empresa, así que comienza a buscarle venta porque ya no quiero tener ningún tipo de relación con ella.
- Pero Ursulla…
- PERO NADA LEONEL, pensé que te había quedado claro – lo interrumpió bastante molesta y exasperada – libera el dinero y avísame cuando pueda usarlo – agrego cerca de la puerta – y recuerda, ni una palabra sobre la venta a Candice, porque te aplasto como a un gusano – lo amenazo fieramente, Leonel solo asintió mientras la mujer salía de su oficina, no deseaba tener una enemiga tan fiera como Ursulla Marlowe, quien a pesar de no tener una gran fortuna en estos momentos, era muy conocida y respetada, así que era mejor no meterse con ella y mantenerse tristemente al margen de la situación

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- What’s that?
- A gift.
- A gift from who?
- From my Prince – respondio la chica tomando asiento – from your Prince?
- Yeah, he could’t come to our date… so he sent his loyal officer to take care of me – contesto tomando entre sus manos una taza de chocolate caliente servido por Sara – ¡How cute! – exclamo la mujer sonriente tomando las manos del oso de felpa – but what about our problem?
- well, I have to go to Harrots tomorrow morning – respondio mientras sorbia un poco del liquido humeante para calentar su cuerpo - I’ll meet his friend there – agrego, la mujer solo asintio comprendiendo todo – he seems a nice guy.
- HE IS A GOOD GUY – afirmo sonriente mientras apretaba la mejilla de su oso de peluche.
- ¿Para qué querrá ver a un abogado la huérfana inmunda? – se pregunto Susana alejándose de la entrada de la cocina y quien había escuchado la conversación - ¿y quién es este tal Principe?... ¿será Terry?... no, Terry no saldría con una simple sirvienta como ella, se acostaría con ella, pero no saldría con ella – se decía la chica mientras se dirigía pensativa a su habitación – “me encantas cuando te enojas Cinderella Pecosa” – recordó las palabras dichas a Candice por el chico - ¿podría ser que… no Susana, eso es imposible Terry nunca se enamoraría de una sirvienta pero… entonces ¿Quién es la persona que conoce, llama Príncipe y trabajo en Harrots?
- ¡Ahhhh, que guapo eres! – exclamo colocando el oso justo al lado de su cama – mmm, tan guapo como tu jefe – aseguro – si, ya lo sabía – afirmo pretendiendo ser el oso – aishhhh, aunque a veces eres muy creído, tan creído como el ricachón – agrego colocando sus ojos en blanco y caminando hasta su baño, hasta que sus verdes ojos se toparon con una cajita sobre su mesa de noche, frunció su ceño algo escéptica y camino hasta la cajita, la cual tomo entre sus manos y observo detenidamente – mmm ¿Qué será? – demando pensativa – UNA BOMBA – grito abriendo enormemente sus ojos – jajajajajajajajaja – rio divertida por su ocurrencia – mmm… o a lo mejor una manzana envenenada – continuo con sus ocurrencias sacudiendo el paquete – o mejor aun… una aguja encantada… jajajajajajajajjaja, asi vendria mi adorado Principe rubio a despertarme con un beso – prosiguió mientras mordia su labio inferior – ayyy, bueno… veamos que es – agrego abriendo la caja cuidadosamente, desenvolviendo el papel seda y descubriendo un hermoso caracol de mar color champagne – ¡wow!!! – exclamo estudiándolo con detenimiento mientras sonreía feliz – pero… ¿Quien – la joven no termino de formular la pregunta cuando sobre el suelo noto la existencia de una pequeña nota, algo confundida la tomo entre sus manos.
(Sad Story)

Querida Cinderella:
Espero y el sonido de las profundidas del mar, te ayude a recordar a tus padres y a sentir ese grande y extenso amor que ellos aun, estén donde estén, sienten por ti.

Candice tomo la ostra y la coloco cerca de su oído pudiendo escuchar el sonido del mar, recordando los cálidos brazos de su madre rodearla fuertemente y las manos de su padre sobre las suyas, sintiendo una enorme calma olvidada; La joven rubia abrió sus ojos después de un largo tiempo, su corazón latía pausadamente, tranquilo, ya no había vacio, ni dolor, solo una gran alegría e inmensas ganas de seguir adelante, sonrió enternecida – “no llores Cinderella, porque cada vez que lo haces, un hada muere en el mundo mágico”, “y otra cosa Cinderella ¿no habíamos quedado en que dejarías de llamarme ricachón?”… Terry… - susurro entre un profundo suspiro, mientras la imagen del joven moreno sonriendo aparecía en su mente, provocando el revoloteo de millones de mariposas en su estomago y una extensa sonrisa en su rostro.
- Sonríe Cinderella Pecosa, sonríe como solo tú puedes hacerlo, con el alma y corazón.


CONTINUARA…………………………………………………………………………………………………………………………

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